Tienen todo para ser atractivas: son servicios gratuitos, están hechas para personas de todas las edades, todos los gustos y de todas partes del mundo. Además son fáciles de usar y un lugar propicio para el ocio.
Un estudio de la firma Hitwise reveló que el tráfico de las redes sociales en línea superó al de los sitios pornográficos a mediados de 2007 en Estados Unidos. Y la tendencia se extiende por el resto del mundo.
Hay internautas tan aficionados que no imaginan su vida sin ellas. A principios de agosto, Twitter fue blanco de ataques informáticos que lo dejaron fuera del aire en dos ocasiones. Muchos usuarios expresaron su desconcierto al no poder acceder al servicio en lo que bautizaron una "Twittapocalipsis".
El concepto de Web 2.0, es decir, un ciberespacio donde los mismos usuarios producen el contenido, ve su más nítida materialización en las redes sociales. La posibilidad de estar enterados de lo que hacen los amigos, conocidos e, incluso, desconocidos, ha seducido a millones de usuarios.
"Lo más interesante de estas páginas es que están hechas por ti y para ti. Son tus contactos, tus contenidos, cada persona construye un portal hecho a su medida", dice Gynna Ariza, una joven internauta que se declara amante de las redes sociales. Está inscrita en varios sitios, entre ellos Tagged, Netlog, Sonico, Myspace, Hi-5, Twitter y Faceebok, donde tiene más de mil contactos.
Mariana Ramírez, periodista de 26 años, es la otra cara de la moneda. Ella utiliza internet todo el tiempo como herramienta de trabajo, pero no está inscrita a ninguna red social. "No me llama la atención, me parece que es una pérdida de tiempo. Prefiero la socialización en la vida real, cara a cara. Si quiero saber cómo están mis amigos, los llamo o los visito. No necesito más", comenta.
Mariana asegura que solo usa internet para tareas puntuales. Envía correos electrónicos a amigos que están lejos, odia los correos en cadena y no se molesta en leer mensajes de ocio. Usa el Messenger exclusivamente para asuntos de trabajo. "No juzgo a nadie, pero me parece un poco ridículo subir fotos de lo que hice el fin de semana y publicar comentarios sobre lo que como todos los días. Esa información no le interesa a tanta gente", señala.
Tener demasiados contactos en un portal de socialización da lugar a muchos riesgos. La privacidad es un tema delicado que no siempre es tenido en cuenta por los usuarios, en especial, los más jóvenes.
"Conozco personalmente a la mayoría de las personas que me añaden como contacto, pero a algunas no. Me parece que es una oportunidad de conocer personas nuevas. De todas formas, yo tengo un filtro. Solo añado a amigos de mis amigos", complementa Ariza.
Dueñas de nuestro tiempo
Varios estudios han confirmado que Facebook es la reina de las redes sociales, la más popular del ciberespacio. A mediados del pasado mes de julio, este sitio gratuito que nació en 2004 como una red para estudiantes de la Universidad de Harvard, alcanzó los 250 millones de usuarios y está disponible en más de 40 idiomas.
Según el sitio Alexa.com, que mide el tráfico en internet, en sólo un año, Facebook saltó de la posición 60 a la séptima en el ranking de portales más visitados. Hoy en día es el tercero, después de Google y Yahoo.
Pero Facebook no es la única red social de moda. Twitter, un servicio de "microblogging", ha experimentado un crecimiento acelerado en los últimos meses. En Estados Unidos se dice que es la red social del momento y ha seducido a millones de usuarios, incluyendo a las más admiradas celebridades de Hollywood, que usan el servicio para estar en contacto directo son sus fans.
Esta fiebre global por las redes sociales en línea es vista como una oportunidad de negocio. Sin embargo, la popularidad de internet no se traduce en dinero. A pesar de estar de moda, Facebook y Twitter todavía generan dudas de su rentabilidad a largo plazo. Google, por ejemplo, pagó una cifra astronómica en 2006 para comprar Youtube y hasta la fecha no ha generado ni un centavo en ganancias.
El modelo de negocio se basa en la venta de publicidad. Cobrar a los usuarios por todos los servicios sería contraproducente. Tal vez cuando eso pase abandonemos las redes sociales y busquemos una nueva adicción. Lo cierto es que por ahora, entrar en estas redes es mucho más que un pasatiempo, es para muchos un estilo de vida. Aprovechar sus ventajas y evitar los riesgos está en manos de cada usuario.